El seleccionado argentino de básquet derrotó 75-73 como visitante a Brasil y se coronó campeón de la Americup
El equipo liderado por Pablo Prigioni sufrió al final, pero logró levantar por tercera vez el trofeo que ya había conseguido en los años 2001 y 2011
La selección argentina de básquet volvió a pisar fuerte en la Geraldão Arena de Recife y se coronó campeona de la Americup al derrotar a Brasil por 75 a 73. Luego de dejar en el camino a Estados Unidos en la semifinal, el Alma tenía una dura tarea contra el clásico rival continental y una vez más dominó el encuentro de principio a fin para levantar por tercera vez en la historia dicho título: se repitió lo hecho en las ediciones 2001 y 2011, cuando el elenco nacional llegó a lo más alto.
Es verdad, sufrió sobre el final, sobre todo cuando la Verdeamarela remontó el tanteador al punto de ponerse 73-71 arriba. Allí apareció la jerarquía de los hombres albicelestes: primero Facundo Campazzo asistió de faja a Delía para igualar. Y luego surgió Nicolás Laprovittola para habilitar a Gabriel Deck, goleador del pleito con 20 unidades, para bajarle la persiana al clásico.
Lo dicho, el Tortu Deck fue el máximo anotador del equipo (fue elegido MVP del certamen), seguido por Lapro (15) y Campazzo (13). Pero todos aportaron intensidad máxima para defender, con cohesión y agresividad, ante un rival con jugadores de renombre. Y dejando atrás los problemas que aquejaron al plantel antes del torneo, cuando intempestivamente el entrenador Che García se desvinculó y asumió, apenas dos días antes del inicio de la competencia, Pablo Prigioni, puntal de la Generación Dorada e integrante del cuerpo técnico de los Minnesota Timberwolves.
Los argentinosencontraron una buena diferencia desde el primer cuarto al lograr una ventaja de 12 puntos muy temprano en el partido. Lejos de frenar la intensidad ante la mitada de la parcialidad local, Argentina llegó al entretiempo con el marcador 48-38 a favor y con un 50% de efectividad (18 de 36) en tiros al aro.
Deck tomó la iniciativa desde el principio del partido (Foto: Reuters)
Durante la primera etapa, Deck brilló con 14 puntos (5 de 10 en lanzamientos desde el campo) 4 rebotes y 1 asistencias, pero también hubo un aporte interesante de Facundo Campazzo con 12 unidades acompañado por Leandro Bolmaro y Nicolás Brussino, con siete cada uno. Nicolás Laprovittola, además, se anotó cinco puntos, cinco rebotes y dos asistencias en ese pasaje. Para cerrar, Marcos Delía agregó un doble a la cuenta.
Del otro lado, no hubo una tarea destacada a punto tal que ningún brasileño tuvo doble dígitos en sus estadísticas al descanso y el mejor anotador de los dos primeros cuartos fue Marcelinho Huertas (8 puntos) en los 10 minutos que había permanecido sobre el campo.
Hasta la reacción de Brasil, impulsado por el público. Pero Argentina resurgió en el momento decisivo, en los últimos segundos, para retomar la ventaja y defender la última bola como la última.
Campazzo, Vaulet, Bolmaro y Delfino, en la primera fila de los festejos (REUTERS/Ueslei Marcelino)
En la fase de grupos de este 2022, Argentina quedó a un doble de haber clasificado como el mejor de todos. En su estreno venció sin problemas a Islas Vírgenes (95-62) y luego mostró toda su capacidad anotadora ante Puerto Rico (99-86). Ya en la definición de la zona, pudo superar a República Dominicana por 90-78. Eso le valió ir a la llave que lo encontró con Venezuela en los cuartos de final. Y a pesar de tener un primer tiempo irregular, el seleccionado nacional sacó toda su chapa en la segunda parte para quedarse con una contundente victoria (76-53) y clasificarse entre los mejores cuatro del certamen. En el paso previo al partido por el título, derrotó a Estados Unidos por 82 a 73 y agregó una nueva página dorada frente a la selección más fuerte de la disciplina.
Y en el clásico ante Brasil, como visitante, como la Selección de fútbol en la Copa América 2021 en el Maracaná, el Alma celebró merecidamente. Los Messi, De Paul y Di María fueron los Campazzo, Deck y Laprovittola. Y este grupo, subcampeón del mundo en 2019 (aunque ya sin su gran referente, Luis Scola), sigue probando que todavía tiene mucho más para dar.
El abrazo entre Nicolas Laprovittola y Marcos Delia (REUTERS/Ueslei Marcelino)
Campazzo cortó la red de uno de los aros y se la llevó como souvenir (REUTERS/Ueslei Marcelino)