¿Dormir siesta es peligroso para la salud?
Aunque dormir la siesta en sí mismo no es perjudicial, muchas personas lo hacen debido a que duermen mal por la noche, lo que se asocia con una peor salud.
Las personas que toman siestas con cierta frecuencia tienen más probabilidades de desarrollar hipertensión arterial y sufrir un accidente cerebrovascular, reveló un estudio reciente.
Esto puede deberse a que, aunque dormir la siesta en sí mismo no es perjudicial, muchas personas que duermen la siesta pueden hacerlo debido a que duermen mal por la noche, lo que se asocia con una peor salud, indicó el psicólogo clínico Michael Grandner, de la Universidad Banner en Tucson, Arizona.
Los participantes en dicho estudio, que solían tomar siestas durante el día, tenían un 12% más de probabilidades de desarrollar hipertensión arterial, y un 24% más de sufrir un accidente cerebrovascular, en comparación con personas que nunca toman siestas.
Si la persona era menor de 60 años, tomar una siesta la mayoría de los días aumentaba el riesgo de desarrollar hipertensión en un 20% en comparación con las personas que nunca o rara vez duermen la siesta, según el estudio publicado este lunes en Hypertension, una revista de la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés).
La AHA añadió recientemente que “la duración del sueño es uno de sus ocho parámetros esenciales para la salud óptima del corazón y el cerebro”.
Los resultados se mantuvieron incluso después de que los investigadores excluyeran a las personas con alto riesgo de padecer hipertensión, como las que padecen diabetes de tipo 2, presión arterial alta preexistente, colesterol alto, trastornos del sueño y las que trabajan en el turno nocturno.
“Los resultados demuestran que la siesta aumenta la incidencia de la hipertensión y las apoplejías, después de ajustar o tener en cuenta muchas variables que se sabe que están relacionadas con el riesgo de enfermedades cardiovasculares y accidentes cerebrovasculares”, dijo la doctora Phyllis Zee, directora del Centro de Medicina Circadiana y del Sueño de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern de Chicago.
“Desde un punto de vista clínico, creo que destaca la importancia de que los profesionales de la salud pregunten de forma rutinaria a los pacientes sobre las siestas y la somnolencia diurna excesiva y evalúen otras condiciones que contribuyan a modificar potencialmente el riesgo de enfermedad cardiovascular”, dijo Zee, que no participó en el estudio.
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Ojo con las siestas prolongadas
El estudio utilizó datos de 360.000 participantes que habían dado información sobre sus hábitos de siesta al Biobanco del Reino Unido, una gran base de datos biomédica y recurso de investigación, que siguió a los residentes del Reino Unido desde 2006 hasta 2010.
Los participantes en el estudio del Reino Unido proporcionaron muestras de sangre, orina y saliva de forma regular, y respondieron a preguntas sobre la siesta cuatro veces a lo largo de los cuatro años del estudio. Sin embargo, el estudio solo recogió la frecuencia de las siestas, no su duración, y se basó en informes de los participantes sobre las siestas, una limitación debida a la imperfección del recuerdo.
“No definieron lo que debe ser una siesta. Si vas a dormir una hora, dos horas, por ejemplo, eso no es realmente una siesta”, dijo el Dr. Raj Dasgupta, especialista en sueño y profesor asociado de Medicina Clínica en la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California.
“Una siesta reparadora de 15 a 20 minutos entre el mediodía y las 2 de la tarde es 100% lo que hay que hacer si se tiene falta de sueño”, dijo Dasgupta, quien advirtió: “Si se tiene insomnio crónico, no es bueno hacer la siesta, porque te quita las ganas de dormir por la noche”.