Incendios forestales: cuáles son los impactos en el medioambiente
En diálogo con Infobae el viceministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Argentina, Sergio Federovisky, sostuvo que las condiciones meteorológicas siguen siendo desfavorables: “Desde el 2020 vivimos una ola de sequía con un aumento del estrés hídrico”.
Varias provincias del país se encuentran enfrentando incendios forestales, sin embargo, en Córdoba y Jujuy aún no se pueden controlar de manera completa. Más allá de los focos de incendio activos, en algunas localidades debieron evacuar personas como medida preventiva.
El pasado jueves Córdoba se convirtió en la provincia más afectada debido que se registraron 12 focos de incendios. Del total, 5 se mantuvieron activos durante la noche. Los mismos fueron ubicados en las localidades de San Javier, Santa María, Punilla, Río Segundo y Calamuchita. Además se detalló que los otros 6 fueron controlados por los bomberos.
Debido al avance del fuego, fuentes policiales indicaron que a modo de prevención se decidió evacuar a 41 menores que estaban en un campamento. Además, existen varias casas que se encuentran en riesgo a causa de los incendios.
Ante el peligro existente para las viviendas, se está trabajando con dos aviones y dos helicópteros en la zona de La Granja, en las Sierras Chicas. En el lugar también trabaja personal del ETAC y Gestión Integral del Manejo del Fuego con equipamiento de ataque directo. En las localidades de La Falda, Huerta Grande y Villa Giardino continúan trabajando 160 efectivos, 3 aviones y el helicóptero de Nación.
El pasado jueves Córdoba se convirtió en la provincia más afectada debido que se registraron 12 focos de incendios (Irma Mont)
Sin embargo, ante la consulta de Infobae, Sergio Federovisky, biólogo, periodista ambiental y actual viceministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Argentina, afirmó que “cuesta controlar los incendios por varios motivos”, como las condiciones climáticas que son “muy adversas y muy favorables” para que el fuego se propague.
Si bien se espera que las temperaturas disminuyan y se registre un aumento en la humedad ambiente, persisten “las condiciones de riesgo extremo por incendios”. Al respecto el funcionario planteó que “las condiciones meteorológicas siguen siendo desfavorables, con aumento de las ráfagas de viento”. De hecho, el riesgo extremo se mantiene hasta el martes, debido a que no se esperan precipitaciones.
“Normalmente, este es el tiempo que corresponde a la temporada de incendios. Es la temporada seca, particularmente en Córdoba. Pero desde el año 2020 estamos viviendo una ola de sequía con un aumento del estrés hídrico de la vegetación que hace que las probabilidades de esparcimiento sean cada vez mayores”, remarcó el experto.
Causas e impacto ambiental
Debido a la gran cantidad de focos de incendios, Federovisky remarcó que se están realizando presentaciones judiciales ante cada caso. “Se sabe que todos los focos comenzaron como resultado de la acción humana. Se presume que fue por negligencia u utilización del fuego como instrumento de labranza. En otros casos, se sospecha de algunas opciones mas deliberadas que buscan algún beneficio particular. Seria extraordinario que la justicia actué rápidamente y busque no solo a los autores fácticos, sino también a los intelectuales”.
A causa de los incendios se registraron enormes columnas de humo y tierra en suspensión, de manera que a lo largo de algunas horas se mantuvieron cerradas varias rutas provinciales. Si bien fueron rehabilitadas, se informó que solo está cerrado el paso en la Ruta Provincial 45, por polvo en Suspensión, entre Cruce Altos Fierros y Río Segundo.
A causa de los incendios se registraron enormes columnas de humo y tierra en suspensión, de manera que a lo largo de algunas horas se mantuvieron cerradas varias rutas provinciales (REUTERS)
La ciudad de Córdoba, como cientos de pueblos y ciudades de la provincia, respiraron esta semana un aire enrarecido por la combinación de humo, cenizas y polvo de tierra en suspensión. Los incendios y los vientos explican parte de ese fenómeno. Y la sequía persistente hace lo suyo.
En 2020, el peor de los últimos 33 años en Córdoba en materia de incendios en esta provincia, un estudio de investigadores de la UNC y de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), publicado en el sitio UNCiencia, mostró que “las emisiones de los incendios forestales registrados en las sierras impactaron negativamente en la calidad del aire que se respiró en Córdoba durante semanas”.
Según mediciones realizadas en la Capital entre el 1 de agosto y el 20 de octubre de 2020 se registraron altos niveles de contaminantes en el aire, en comparación con el mismo período del año anterior, sin incendios. Los contaminantes atmosféricos analizados fueron el dióxido de nitrógeno (NO2) y los aerosoles o materiales particulados en suspensión, tales como el hollín, la ceniza y el polvo.
“Detectamos un nivel de contaminación muy alto en los meses analizados, y una importante degradación de la calidad del aire, como consecuencia de la presencia de diversos aerosoles y de dióxido de nitrógeno a nivel de la tropósfera, la capa de la atmósfera donde se concentran los contaminantes”, explicaba la investigadora Fernanda García.
A los efectos de los fuegos se suma otro agente clave: la persistente sequía
Algo similar, aunque aún se midió, seguramente podrá reportarse para esta semana, en la que el humo y las cenizas se percibieron en gran parte del mapa provincial, por el fuerte viento reinante en ambas jornadas en las que el fuego complicó a varias regiones de Córdoba. Los contaminantes analizados son importantes no solo porque determinan la calidad del aire, sino porque además a más largo plazo influyen de manera significativa en el calentamiento global de la Tierra.
El color marrón que el pasado jueves se observó en la atmósfera de la ciudad de Córdoba fue también un claro índice de una mala calidad del aire. A los efectos de los fuegos se suma otro agente clave: la persistente sequía. El déficit hídrico en el Gran Córdoba es ya de 200 milímetros en el último año. La última lluvia ocurrió a mediados de agosto y fue mínima.