Luego de que se dictara la condena, el principal acusado Máximo Thomsen sufrió varios ataques los cuales derivan en un cuadro severo de un mal estado de salud mental.


Luego de que se dictara la sentencia por el asesinato a golpes a Fernando Báez Sosa, los rugbiers Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Luciano Pertossi recibieron la condena de prisión perpetua. Por otra parte Blas Cinalli, Ayrton Viollaz y Lucas Pertossi fueron sentenciados a 15 años. Tras este comunicado la salud mental de Thomsen empeora dentro de la cárcel y preocupa a los guardias de seguridad.

Mientras esperan para ser trasladados a un lugar donde cumplirán toda la pena, Máximo sufre de un cuadro mental que genera incertidumbre en la Alcaldía de Melchor Romero.

El líder de la banda, como se lo catalogó en varias ocasiones presenta angustia y síntomas asociados a la depresión. El rugbier realizó una nota de puño y letra y escribió hace unos días: “Que siente claustrofobia y que lo disculpen”, esto fue debido a que durante su estadía en la celda él había estado pegando patadas en el buzón.

Luego de esa situación él solicitó la visita de un pastor y pidió una Biblia como material de lectura. Además él se desmayó en los Tribunales de Dolores al escuchar que la reclusión de su condena era perpetua.

Luego de la condena a los 8 rugbiers, la familia de Blas Cinalli se reunió con Miguel Ángel Pierri para intentar generar un cambio en la estrategia y lograr así reducir la pena. El abogado aseguró en una nota que brindó en crónica: “Creo que le puedo bajar la condena”.

Luego de eso Pierri aseguró que la condena esta mal y que además hay errores técnicos en la sentencia. Para sumar a la polémica de sus dichos, se hizo eco de las noticias de muchos chicos asesinados tras salidas a boliches y cerró “Hay Fernandos todos los días”.